Surgido igualmente en Italia a mediados del siglo XVI como
evolución de las formas renacentistas, el manierismo abandonó la naturaleza
como fuente de inspiración para buscar un tono más emotivo y expresivo,
cobrando importancia la interpretación subjetiva que el artista hace de la obra
de arte. La arquitectura adquirió un signo más efectista y de tenso equilibrio,
destacando el polifacético artista Miguel Ángel, autor del ábside y la cúpula
de San Pedro del Vaticano; Jacopo Vignola (Iglesia del Gesù); y Andrea Palladio,
creador de un estilo propio (paladianismo), como vemos en la Basílica de
Vicenza, la Villa Capra (llamada la Rotonda), San Giorgio Maggiore de Venecia,
etc. En Francia surgió la notable Escuela de Fontainebleau. En España se
produjo la arquitectura herreriana (por Juan de Herrera), estilo sobrio y
sencillo, de formas simples y desnudas de decoración, de acuerdo a la doctrina contra
reformista que entonces imperaba; tuvo su máxima realización en el Monasterio
de El Escorial.
La escultura es nuevamente reflejo del pesimismo que
dominaba la sociedad italiana de la segunda mitad del siglo XVI, con un arte
donde se deforma la realidad a capricho, predominando la expresión sentimental
del artista, con figuras estilizadas, en posiciones violentas y actitudes
dramáticas. Descuella nuevamente la obra de Miguel Ángel, con obras de tenso
dinamismo donde resalta la expresión de la persona representada: Piedad (1501),
David (1501-1504), Moisés (1513-1515), Sepulcro de los Médicis (1520-1534),
etc. Otros importantes escultores fueron: Baccio Bandinelli, Benvenuto Cellini,
Giambologna y Jacopo Sansovino; y, fuera de Italia, Jean Goujon y Germain Pilon
en Francia, Adriaen de Vries en Flandes, Hubert Gerhard en Alemania, y Alonso
Berruguete, Juan de Juni y Gaspar Becerra en España.
La pintura manierista tuvo un sello más caprichoso,
extravagante, con gusto por la forma sinuosa y estilizada, deformando la
realidad, con perspectivas distorsionadas y atmósferas efectistas. Destacó en
primer lugar –como en las otras artes– Miguel Ángel (autor de la decoración de
la Capilla Sixtina), seguido de Bronzino, Andrea del Sarto, Pontormo,
Correggio, Parmigianino, Giorgione, Tiziano, Veronese, Tintoretto, Jacopo
Bassano, Giuseppe Arcimboldo, etc. Cabe mencionar a Maarten van Heemskerck y
Abraham Bloemaert en los Países Bajos, y Bartholomeus Spranger en Alemania. En
España destacaron Juan Fernández de Navarrete, Alonso Sánchez Coello, Juan
Pantoja de la Cruz y, especialmente, El Greco, artista excepcional creador de
un estilo personal y único, de fuerte sentido expresionista.
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